Salud mental en tiempos de COVID-19
Quizá más de una vez has leído o escuchado que la pandemia actual es un momento de aprender, para crecer y adaptarse, aunado a esto seguramente hay muchos sentimientos y pensamientos que te dicen lo contrario, que te preocupan y te ocupan de cuidarte, para evitar contagiarte o que tus seres queridos se contagien. El cuidado y las medidas preventivas para la conservación de salud física son importantes, pero en todo esto, ¿Dónde queda la salud mental?
Para cuidarnos físicamente se tomaron medidas como el distanciamiento, la cuarentena y el aislamiento, mismos que repercutieron en nuestro estilo de vivir y que dejaron huella en la salud mental, con inestabilidad, temor, preocupación, pérdidas de seres queridos y con ello un dolor emocional y estrés en distintos ámbitos de la vida cotidiana, aunado a esto, el estigma social que muchas ocasiones se experimenta por padecer, haber padecido o tener familiares vinculados a la enfermedad de COVID.
Ante todo lo anterior podemos tratar de reducir la sensación de malestar con conductas que propicien un mejor estado de ánimo, una mejor perspectiva para afrontar nuestra realidad y mejorar la calidad de vida. Algunas de estas conductas son mantenernos informados a través de medios confiables, no saturarnos de noticias durante gran parte del día, establecer una nueva rutina que sea funcional y benéfica, mantener contacto cercano con las personas a través de los medios electrónicos, evitar el consumo de sustancias que sean nocivas para la salud y apoyar a los demás en la medida de lo posible.
También es importante ayudar a minimizar el estigma social, recordar que las personas no se reducen a la enfermedad que tienen, no son “el contagioso”, “el virulento” entre otros adjetivos calificativos que se usan, son seres humanos que PADECEN; que sufren de dolor físico, mental y muchas veces el rechazo , ya que son sentenciados por una parte de la sociedad a un confinamiento mas allá de la separación física, por todo esto, la persona que padece la enfermedad o los familiares optan por no mencionar que están enfermos y guardar el secreto para evitar ser señalados, dejando como consecuencia: Ocultar la enfermedad y así, aumentar la posibilidad de contagio por no notificar a personas cercanas, no buscar atención médica y vivir complicaciones de la enfermedad o dejar de tener comportamientos saludables.
Podemos disminuir el estigma social involucrándonos en difundir información sustentada en hechos y fuentes confiables, convertirnos en líderes incitando a la reflexión sobre las personas que son estigmatizadas para encontrar la forma de apoyarlas.
Encontrar la manera de tener mejor salud mental implica responsabilizarnos como individuos y al mismo tiempo buscar la ayuda pertinente cuando lo necesitamos; recordemos que la salud mental no solo esta relacionado a lo que pensamos y sentimos, también se refiere a la estabilidad contextual y a la salud física, de tal forma que se perciba un estado de bienestar físico, psicológico y social.